Hoy quitaré este título prestado para dárselo a este muchacho, quien con su extraordinario desempeño, al lograr Oro Olímpico, hizo el milagro de unir a Venezuela en un solo grito de triunfo, victoria, alegría, vivas y hurras! La hazaña de Rubén, en verdad, es un sentimiento nacional, solo comparable si la Vino tinto llegare a ganar la Copa Mundial de Futbol.
Limardo está claro, tengo información de primera mano, que él se está reservando le declaración a los Medios, para evitar que se politicen las mismas, puesto que su norte es la unión del país. Y en esto también es un campeón, un fuera de serie. Ardua tarea la que se propone el guayanés de oro, en una patria archí dividida y en una campaña electoral atípica, donde el candidato opositor lucha contra el gobierno .
Y cuando el sector oficial ha tomado la división, al igual que la siembra del odio, como su razón de ser.
La esgrima, sin duda, es un deporte elitesco y hasta fino, tal vez comparable con el polo, golf o tenis; por cierto, todos ellos de origen inglés y americano. Lo nuestro es otra cosa : bolas criollas, pelotica de goma -copia del béisbol- pelea de gallos, trompos y toros coleao’s, seguro por la influencia de la Madre Patria.
De manera, que uno no entiende porque esos jóvenes Limardos Tascón y sus amigos , se empeñaron en practicar con esas “ puyas”, llegando a ser los mejores de Venezuela y del mundo. Nosotros deberíamos ser unos ases, en arco y flecha, heredado de los indígenas. Si llevamos a competir a los Sanemas, y en lugar de esos arcos sofisticados y diana ,le colocaran un mono en las copas de un árbol, segurito que lo bajan y hacen un sancocho.
De paso, mas vale que al Comandante Presidente no se le había ocurrido expropiar para la Misión Vivienda , los salones donde se practica esgrima, como se ha intentado hacer con los campos de golf en Caracas y en el interior, donde se asentaron los gringos por el boom petrolero y del hierro en la década de los 50, por ser deportes de la oligarquía, porque así si es verdad, adiós medalla !
El CABALLERO DEL ESGRIMA se merece todos los obsequios y los reconocimientos, con que le quiera premiar el gobierno, no solo la Espada de Bolívar, que se pasea por manos viles en América y el mundo, la Orden del Libertador en 1ra. Clase, la cual también ha sido mancillada, si no el Collar del Congreso de Angostura, un buen carro último modelo, una buena casa en zona residencial, bien protegida, pues hay mucho choros y esa medalla es grande, pesada y de oro puro. Tampoco le caería mal un premio en metal para que se resuelva junto a su sacrificada familia, que por años, muchos años, se echó al hombro las costas de esa disciplina deportiva. Ciertamente él no anda detrás de eso, pero … como lo dijo Jesús el Cristo: “Al César, lo que es del César” !
Obtener la Segunda Medalla Dorada en la historia olímpica no es cualquier cosa ! La primera fue la de Morochito Rodríguez, en Méjico, 1.968. Que será de la vida de esta gloria del boxeo mundial ? Tendrá por lo menos una bequita en “Amor Mayor” ? Apareció viejito y chiquitico, recibiendo a Limardo, que alguien le haga un reportaje, por favor ! Conocí a Rodríguez en Mérida, se embarcó al lado mío en un carrito por puesto, cuyo pasaje costaba 0,25, cuando yo era estudiante de Odontología en la ULA. *Te pareces al Morochito, le dije, a manera de saludo.
-Si, yo mismo soy, bachiller, me respondió.
*En serio, no te creo.
- Quieres que te saque la cédula ?
Finalmente el ESPADACHIN de ORO, se comió las verdes, acá en Cd. Bolívar. A la Asociación de Esgrima, en este mismo gobierno de Rangel Gómez y teniendo Idebol al actual presidente, no solo le negaron los recursos, si no hasta se burlaron de ellos. Las victorias tiene muchos padres, pedazos de oportunistas! Vergüenza debería darles ganar indulgencias con escapulario ajeno. Más de una vez su Sra. MADRE (en mayúscula) y los muchachos, pedían en el semáforo del Central con potecitos y en el comercio local, para sus gastos. Si hasta un editor de un diario regional, el cual no estoy autorizado en nombrar, le regaló el pasaje para Polonia, ante la abulia de estos gobernadorcitos, medallas de cartón! El reportaje del amigo Rodolfo Bello, publicado en este mismo diario, es una verdad, más grande que la Catedral.
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